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Santiago Caputo pisa el acelerador con la SIDE: los recortes terminarían desplazando a más de 500 agentes

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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En un movimiento sin precedentes, siguiendo las directrices del asesor presidencial, Santiago Caputo, el Gobierno nacional se prepara para una reestructuración profunda en la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que podría dejar fuera a más de 500 agentes. El brazo ejecutor de las medidas es Sergio Neiffert, director de la central, y quien apunta a redimensionar la estructura y funcionalidad del servicio de inteligencia argentino.

Desde la Casa Rosada afirman que la SIDE necesita un ajuste radical que logre hacer eficiente una institución que, según fuentes del Ejecutivo, «hoy no cumple su función como debería». De hecho, gran parte de la plantilla actual se considera inservible, por lo que la reforma busca maximizar la eficiencia y eficacia operativa.

Hace tres meses, el Gobierno solicitó información a la Justicia sobre los expedientes en los que agentes de inteligencia estuvieran implicados. El análisis de estos antecedentes fue clave para decidir quiénes serían removidos. Los contratos temporales de la gestión anterior fueron cancelados y los procesos jubilatorios se aceleraron, afectando directamente a los empleados de planta.

Estructura actual de Inteligencia

Con alrededor de 1.800 agentes, la SIDE se encuentra dividida entre operativos nacionales e internacionales. Sin embargo, la administración Milei también ha puesto la lupa sobre aquellos agentes destinados como agregados en embajadas extranjeras. Entre ellos, el ex subsecretario de Capital Humano, Agustín Sánchez Sorondo, que opera actualmente en Madrid.

En los últimos meses, más de 147 empleados vinculados a gestiones anteriores, específicamente a la era kirchnerista, han sido desplazados. Además, el Ejecutivo pone su atención sobre agentes que ingresaron durante el mandato de Mauricio Macri, generando bajas en áreas como análisis, contrainteligencia y apoyo.

A su vez, el Ejecutivo planea incorporar una nueva generación de agentes que compartan la visión libertaria del Gobierno actual. En esta línea, se designó a Juan «Tata» Yofre, quien encabezó la SIDE durante la administración de Carlos Menem, como nuevo director de la Escuela Nacional de Inteligencia, con el propósito de encabezar la formación de los nuevos operativos.

El futuro de la SIDE: objetivos y presupuesto

Entre los objetivos para el próximo año se destaca la capacitación y actualización del personal de la SIDE. Para este propósito, el presupuesto asignado para 2025 contempla una partida de $197.238 millones, de los cuales $128.504 millones estarán destinados a servicios no personales.

Asimismo, la Secretaría devolvió recientemente $80.000 millones al Tesoro nacional, tras la derogación de un DNU que había autorizado la asignación de $100.000 millones como fondos reservados. Esta devolución se efectuó en dos partes: primero $70.000 millones y luego $10.000 millones adicionales.

Otro de los puntos clave de esta reestructuración es la posible relocalización de la sede de la SIDE, que actualmente está situada en la calle 25 de Mayo. Una de las opciones bajo evaluación sería mover el Ministerio de Capital Humano a este edificio, permitiendo a la SIDE trasladarse a otra ubicación.

Además, se plantea un cambio en el sistema de rendición de cuentas de los operativos. El Gobierno busca establecer un sistema en el cual cada misión cuente con un presupuesto detallado y que cualquier sobrante deba ser reportado. Eso sí, junto con la aclaración de si hubo financiamiento externo involucrado.

Por otro lado, se está consolidando la estructura de las cuatro agencias internas que componen la SIDE: el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) y la División de Asuntos Internos (DAI), que aún no cuenta con un titular definido.

Negociaciones para modernizar la tecnología

La administración Milei también apunta a una modernización tecnológica de la SIDE. Para ello, busca establecer negociaciones con la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA). La intención es adquirir nuevo equipamiento tecnológico, y en Balcarce 50 confían en que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría agilizar estos trámites y acelerar los procesos de compra.

Con información de www.elintransigente.com

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