Hay pochoclo rancio en muchas alacenas de la política tradicional argentina, que apostó -en macabra especulación- a que una hiperinflación de intensa crueldad social, fulmine al presidente libertario luego de purgar -devaluación mediante- la corrompida escena política y monetaria de quienes diseñaron y administraron la Argentina pos 2001.
Javier Milei es eficaz en la macroeconomía; está por verse si logra ser eficiente (sustentable en el tiempo) en materia social. Su abordaje, en lo inmediato, exhibe habilidad financiera y se apoya en el fracaso de quienes, desde el poder que lo precedió, malversaron -por malicia penalmente responsable, o por codiciosa incapacidad- la justicia social o la democracia como dispositivo de salud, alimento y educación.
¿Es Milei el emergente de un nuevo genius saeculi? El espíritu del tiempo -zeitgeist según Friedrich Hegel- requiere horizontes más extensos; por ahora se apoya en el enojo y la frustración de muchos ciudadanos que, aunque no ignoren el imprescindible mundo de los valores, necesitan resultados de la justicia restaurativa (jurídica, económica y social) que los administradores de la República han defraudado.
El sociólogo y ensayista Giuliano Da Empoli, propone en su libro "Los ingenieros del caos", que hay eficaces estrategas detrás de las redes sociales, que utilizan herramientas tecnológicas y técnicas sicológicas para manipular el malestar social. Un malestar -se puede añadir- cocido en el caldo de aquél fraude.
No está definido que se haya configurado un "infierno de la sociología" -el concepto propuesto por Edgardo Morin- según el cual los individuos se ven atrapados en una red de determinismos políticos.
Pero es verosímil la hipótesis que sugiere una gran capacidad de tales ingenieros para secuestrar amígdalas, para apropiarse de las emociones. Una que no puede ser neutralizada por clásicos políticos (ingenuos) sonriendo en tik-tok o reeles de instagram, como si fueran bebés o gatitos capaces de entretener audiencias.
La diferencia es que los disruptivos se apoyan en el enojo y trazan una estrategia usando equipos complejos, en un escenario tecnológico que gestionan desde una ingeniería elaborada. Y otros se pretenden seductores de sonrisas impostadas, captadas por administradores de redes que saben de dispositivos y modas, pero no logran abordar el espíritu del momento. Estar en redes no es lo mismo que captar amígdalas.
Golpe de timón
El 10 de septiembre de 2023, la sociedad santafesina eligió a un gobernador radical -en el marco de un complejo frente de partidos- que sumó 55,7% de los votos. Apenas 42 días después, ese mismo electorado santafesino no eligió a ningún diputado nacional radical por la provincia; fue un comicio que consagró a 3 libertarios, 3 representantes del PRO, 3 peronistas y un socialista.
Fue un duro golpe de timón del electorado, de la audiencia cuando deja la pasividad del consumo y se expresa en un comicio. Uno que nadie vio (vimos) venir. Hay, en la UCR santafesina, atormentados dirigentes que entienden que existe la posibilidad de que el partido va a la peor representación parlamentaria de su historia, en las elecciones de medio término de 2025. Será en el mismo año en que el gobernador, sus aliados socialistas y de otros partidos, analizan reformar la Constitución de la provincia.
Santa Fe tiene -hay que subrayarlo- una calidad política e institucional que supera a los promedios argentinos. Las elecciones de 2025 en la provincia tendrán un capítulo de diputados nacionales (se renuevan 10 bancas), otro de intendentes (algunos), concejales y miembros comunales, cada uno con sus respectivas Paso si no hay cambios que se analizan en el Congreso. El complejo aparato de poder define en las próximas horas si además convoca a elección de convencionales constituyentes.
Las ofertas se repartirán; de un lado estarán, en la trama de partidos del gobierno provincial -juntos o segmentados- más el PJ por su andarivel, todos con mayor o menor presencia territorial y tradición política; los podemos sintetizar como defensores de la versión criolla del Estado de bienestar. Y del otro lado se alinearán "las fuerzas del cielo", sin territorio y con escasos representantes, que quieren el menor Estado posible y cuentan con un espíritu de época que los impulsa, que incluye -por ejemplo- el hartazgo a la cantidad de comicios y el repudio a sus costos.
Demanda ciudadana
Pero.., ¿qué pasa del lado de la demanda ciudadana? En Santa Fe hay (redondeando en base a los últimos comicios y al último censo), 2,8 millones de electores y 1,8 millón de habitantes entre 15 y 49 años. Es decir que los mayores de ellos apenas tenían 7 años cuando Alfonsín marcó el regreso de la democracia tras la dictadura genocida. De eso saben apenas por una reverberación no muy bien gestionada; los derechos humanos eran un bien universal y fueron reducidos a bandera de facción partidaria, que tal vez ya genera más reacción que adhesión. Otro ejemplo a la hora de apelar a los valores para captar electores.
El 92,1% de los mayores de 4 años del Gran Rosario y el 86% de los del Gran Santa Fe tienen teléfono celular según mediciones del Indec al cuarto trimestre de 2022. Antonio Sola, el experto español en comunicación política -con más de 500 campañas sobre sus espaldas- afirma que el mundo va a hacia "una democracia digital directa que intenta ser participativa"; es un optimista sobre "nuevos modelos de gobiernos cooperativos y colaborativos que van a romper la manera en que hasta ahora hemos sido gobernados".
Pero no desconoce que por ahora se impone en las redes el algoritmo comercial de grandes plataformas, que "no es un algoritmo democrático". Sola -preside la fundación Liderar Sentido Común- dice que "tenemos líderes de transición" que "irrumpen desde el estrés del electorado", lo que a su vez lleva a "procastrinar el voto hasta último momento".
Elaborada en íntima y aislada relación entre amígdala y algoritmo disfuncional, se funda parte de la determinación electoral. "La decisión es emocional e instantánea", dijo el analista ibérico, para quien "las nuevas generaciones, más que pensar, sienten de maneras distintas".
Citó en esa línea al pensador mexicano Ranulfo Romo Trujillo para señalar la "nueva capacidad cerebral" de los jóvenes con "una gran capacidad de sinapsis neuronal, que los convierte en seres más holísticos". "Se trata -dijo- de generaciones que integran la tecnología al 100% en sus vidas" a las que "no les gusta esta clase de política que interpretan de maneras distintas". Y de allí la "desconexión de gobernantes y gobernados".
Un acontecimiento emocional
Luis Ignacio Brusco, autor de "Cerebro político" y decano de la Facultad de Medicina de la UBA, médico neurólogo y psiquiatra, ha advertido que la decisión electoral es un acontecimiento emocional que luego la razón termina de moldear. Juegan allí los sistemas de creencias, a los que no se les exige rigor crítico ni observación reflexiva. Según especula -en medio de los fracasos de las encuestas predictivas- hasta un 40% de los argentinos terminan de definir su voto camino a las urnas.
En "Nexus", su último libro, Yuval Noah Harari postula que la humanidad viaja organizada sobre redes de información, y que la democracia (como los totalitarismos) no puede ser concebida sin medios masivos. Advierte la indispensable conversación democrática que sobre esas redes transita, está amenazada por algoritmos y nuevas tecnologías, en acelerada evolución de la IA.
¿Es la reelección del gobernador, razón suficiente para abrir la convocatoria a constituyentes en un tiempo político en el que acecha la deriva autocrática? "Las prioridades -dice Harari- determinan cómo votan los ciudadanos, qué es lo que preocupa a los empresarios y cómo intentan hacerse un nombre los políticos".
CON INFORMACION DE ELLITORAL.