Romi Gonen, Emily Damari y Doron Steinbrecher contaron que parte de su calvario en Gaza, donde estuvieron más de 400 días secuestradas, estuvieron en refugios de Naciones Unidas destinados para proteger a la población civil palestina, según confirma Israel en su cuenta oficial de X.
“Las secuestradas liberadas Romi, Emily y Doron estaban retenidas en refugios de las Naciones Unidas en Gaza, que estaban destinados a civiles. La ONU se niega a condenar a Hamás por esconder rehenes en espacios civiles”, afirmó en su perfil oficial @Israel.
La primera información oficial surgió del Canal 13 de Israel. Según la cadena, “los terroristas aprovecharon los campamentos de la ONU para alojar allí a los rehenes, sabiendo que las Fuerzas de Defensa de Israel no atacaron el complejo, proporcionándole así también seguridad”.
La agencia para los refugiados palestinos, UNRWA, controla la actividad de Naciones Uniudas en la Frabnja de Gaza. Esas tareas incluyen el control de los refugios, las escuelas, la entrega de alimentos y muchas veces la sanidad.
Demari, quien perdió dos dedos de su mano izquierda durante el secuestro contó también que Gonen se encargó de atender su herida. Ambas permanecieron juntas casi todo el cuativerio, desde el día 50 de su secuestro hasta el momento de su liberación. Steinbrecher fue retenida en un lugar diferente.
La revelación israelí profundiza el escándalo y las dudas sobre la labor de la UNRWA en Gaza, que desde el 7 de octubre de 2023 aparece involucrada en casos de connivencia con el grupo terrorista Hamas.
Meses después del ataque , cuando miles de terroristas palestinos se infiltraron en el sur de Israel y masacraron a más de 1.200 personas en un festín sanguinario que incluyó violaciones y torturas, se supo que varios empleados de la UNRWA participaron de la invasión y otros tantos dieron soporte logístico a los terroristas.
Además, las Fuerzas de Defensa de Israel revelaron en numerosas oportunidades cómo los refugios y escuelas de la ONU son usados como base de almacenamiento de armas.
Creada tras la guerra árabe-israelí de 1948, la UNRWA ha crecido hasta convertirse en una entidad con un presupuesto de 1.300 millones de dólares, financiada en su mayoría por naciones occidentales. En su historia, ha sido acusada de almacenar armas en escuelas, facilitar la construcción de túneles de Hamas, promover mensajes de odio a través de materiales educativos y, ahora, hay evidencia de que al menos 12 de sus empleados participaron activamente de la masacre de Hamas.
El historiador israelí Ido Zelkovitz explicó tiempo atrás en entrevista con Infobae que la división entre la sociedad civil y el grupo terrorista hace años que es cada vez más difusa. Eso, explicó, se aplica para los trabajadores de la UNRWA. “A la mañana puedo ser un agradable docente de la UNRWA, a la tarde escribo para el periódico de Hamás y me involucro en el brazo político de Hamás y por la noche me pongo la vincha verde, tomo la Kalashnikov y soy comandante de la brigada de mi barrio”, aseguró.
Si bien el escándalo estalla ahora, hace años que existen denuncias de vínculos entre la agencia de la ONU y Hamás. Los terroristas comenzaron a usar las instalaciones de la UNRWA para sus actividades durante el conflicto de 2014 con Israel. Durante todo este tiempo, la propia agencia admitió haber encontrado armas almacenadas en tres de sus escuelas.
También en 2014, por ejemplo, parte del estacionamiento en la sede de la UNRWA en Gaza comenzó a hundirse, probablemente debido a un túnel de Hamás excavado debajo. “Nadie hablaba sobre qué estaba causando el colapso”, dijo un ex oficial de la UNRWA al WSJ, “pero todos sabían”.
Fuente: Infobae