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Cómo hizo Rodríguez Larreta para conformar a casi todos en las listas y por qué los radicales se rebelaron

POLÍTICA 25/07/2021 Ricardo CARPENA
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Entre los máximos dirigentes de Juntos por el Cambio existe un clima de euforia contenida. No sólo porque el cierre de las listas no dejó tantos heridos como se preveía (al menos, en la superficie), sino también porque Cristina Kirchner acaparó el lanzamiento de los candidatos del Frente de Todos y cada vez que reaparece, según afiman en la oposición, crecen los índices de rechazo a su figura que registran las encuestas de opinión.

Con la puesta en escena de este sábado que hizo el oficialismo, donde estuvieron juntos los socios principales de la alianza gobernante, les quedó claro a todos que la próxima elección no será una más de la larga serie de votaciones que se reanudaron en 1983. En medio de la pandemia, la falta de vacunas y la crisis socioeconómica, el Frente de Todos se juega la gobernabilidad por la futura relación de fuerzas en el Congreso, pero también porque si los votos no son los suficientes, la sensación de que puede quedar afuera del poder en 2023 condicionará la gestión.


En ese trazado, Juntos del Cambio está dando varias batallas al mismo tiempo y todas son decisivas. La primera es la que determinará en los comicios legislativos la fuerza que tendrá la oposición en los próximos dos años. “Estamos a siete bancas de que el kirchnerismo se quede con la República”, es la efectista frase del radical Mario Negri que la dirigencia de JxC repite como un mantra para no descuidar ni un solo voto en todo el país.

Otra batalla es hacia adentro del espacio opositor. Horacio Rodríguez Larreta se calzó el traje de líder cedido por Mauricio Macri y pudo salir bien parado de un doble desafío: que la dirigencia aceptara las imposiciones de sus candidatos en Capital y Provincia y que pudiera conformar a tantos sectores con tan pocos lugares expectables en las listas. Las PASO y las elecciones generales permitirán demostrar si su jugada tiene futuro.


La flexible estructura de Juntos por el Cambio pareció varias veces a punto de romperse, aunque logró mantenerse unida pese a que desde hace dos años mira desde afuera a la Casa Rosada. Así como retener el poder político afianza las lealtades, estar lejos de él suele dinamitarlas y provocar divisiones. Más aún cuando, como está experimentando la coalición opositora en forma inédita en la Argentina, no tiene una conducción vertical, con un jefe al que nadie discute, sino un esquema de liderazgo horizontal en donde hay distintas figuras con similares jerarquías.

Es el tipo de liderazgo que tuvo que aceptar Macri cuando dejó el gobierno y el mismo que le dará fuerza a Rodríguez Larreta en la medida en que sus pares sientan que es el vehículo indicado para llevarlos nuevamente al poder. El andamiaje electoral diseñado por el alcalde porteño pareció crujir, sobre todo, en sus tensiones con figuras de peso como Patricia Bullrich y Jorge Macri, pero se terminó adaptando a las exigencias de casi todos.

Luego de haber renunciado a competir con Santilli desde una lista propia del PRO, por ejemplo, el intendente de Vicente López obtuvo una buena cosecha de lugares en las listas gracias a la negociación con Rodríguez Larreta. Aportó la sexta candidata a diputado nacional de Santilli, María Sotolano, además del primer postulante a senador provincial por la Primera Sección Electoral, Christian Gribaudo; la primera y la sexta candidatas a diputada bonaerense de la Segunda Sección Electoral, María Paula Bustos y Fernanda Antonijevich; la sexta diputada provincial de la Tercera Sección Electoral, Silvia Sierra, y los dos primeros en la nómina para ir al Senado de la Provincia por la Cuarta Sección Electoral, Yamila Alonso y Paolo Barbieri.

Para Bullrich, que protestaba la semana pasada contra el jefe de Gobierno por los acuerdos incumplidos, el cierre de las listas terminó siendo “impecable”, como lo calificaron anoche sus allegados. Fernando Iglesias, el cuarto candidato a diputado nacional por la Ciudad, fue un pedido de Macri a Rodríguez Larreta que ella suscribió como propio. Gerardo Milman, su mano derecha, quedó quinto en la nómina que encabeza Santilli (que es el lugar que había pedido la titular del PRO, consciente de que el tercer peldaño iba a ser el más disputado). Y con una presencia inédita en la Legislatura bonaerense: una candidata de sus filas ingresará por primera vez a la Cámara de Diputados de la Provincia. Se trata de Florencia Retamoso, cuarta en la lista de la Tercera Sección Electoral, que fue presidenta de la Federación Universitaria de Lomas de Zamora. Y es la esposa de Milman.


Rodríguez Larreta, en cambio, no pudo convencer a la UCR disidente de Capital de que bajara su lista. Lo necesitaba para reforzar el concepto de unidad que cuidó en las candidaturas sobre todo de su distrito y, además, para evitar que se le fugaran votos radicales, antikirchneristas y progresistas que preferirían poner la boleta encabezada por Adolfo Rubinstein y que integran Facundo Suárez Lastra y Luis Brandoni, entre otros.

En la provincia de Buenos Aires, a Santilli le hubiera convenido que Gustavo Posse compitiera con una lista propia para sacarle apoyos a Facundo Manes en las PASO, pero el intendente de San Isidro renunció a su candidatura y colgará su nómina de concejales a la del ex vicejefe porteño. Ese viraje, como anticipó Infobae, hizo que el dirigente del PRO Ramón Lanús, tenaz rival de Posse, cambiara el respaldo a Santili por un acuerdo con Manes.

Mauricio Macri quedó contento, además, porque Rodríguez Larreta cumplió con lo que le había solicitado antes de viajar a Europa: un lugar para Fernando Iglesias en la lista porteña de diputados, otro para Hernán Lombardi, ex titular del Sistema de Medios Públicos, en la nómina bonaerense y un puesto de legislador porteño para su secretario privado, Darío Nieto. Para el larretismo, el ex presidente fue “muy discreto” en sus pedidos.


Antes que enfrentarse con los candidatos kirchneristas, el jefe de Gobierno deberá pasar el filtro de la competencia en las primarias contra Manes y el aparato de la UCR, que es fuerte en el interior bonaerense y podría crecer en el conurbano gracias al prestigio del neurólogo. La lista del radicalismo provincial fue la última en definirse: el segundo lugar de los postulantes a diputado estaba muy peleado. Parecía que iba a ser para Margarita Stolbizer, pero finalmente la líder del GEN ocupará el cuarto lugar. En ese puesto también se mencionaba a Alejandra Lordén, vicepresidenta de la UCR, pero a Manes lo secundará Danya Tavela, vicerrectora de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia, impulsada por Martín Lousteau.

El autor del libro “El cerebro argentino” tiene un ritmo distinto al de los políticos. Se nota que proviene de otro ámbito, aunque tiene a su lado a un experimentado consultor como Daniel Ivoskus. Dio una sola entrevista periodística, no se le conocen sus ideas específicas para el territorio bonaerense y carga con críticas de personalidades como Elisa Carrió, que pasó de elogiarlo, cuando no era candidato, a atacarlo ahora que compite contra Santilli, aliado a la Coalición Cívica. “Para ir al Congreso hay que saber redactar una ley”, dijo “Lilita” en alusión a Manes, quizá descuidando un pequeño detalle: desde hace tiempo hay muchas leyes argentinas que dejan mucho que desear y no solamente por la forma en que están escritas.

Esos cuestionamientos confirman que la aparición de Manes preocupa a un sector de Juntos por el Cambio, no solamente en el PRO y la Coalición Cívica, Después de todo, si le va muy bien en su debut en la política se convertirá en un presidenciable y en un competidor de varios dirigentes de la UCR con aspiraciones de entrar en la carrera de 2023. Ese escenario también quedó montado para definirse cuando se conozca el resultado de las PASO.

Fuente: Infobae

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