


Cristian Eduardo Heltner (49) sabía que no podía volver a la casa de barrio Transporte, donde unos días antes había golpeado a su pareja y por eso quedó detenido. La Justicia le dio una oportunidad por la golpiza, pero al día siguiente de liberado, regresó a la vivienda.
“Fallé en quedarme cerca y cometí el error de volver”, reconoció el viernes ante el juez Sergio Carraro, en una audiencia donde se lo imputó por segunda vez en la semana: la primera por lesiones en contexto de violencia de género; y la segunda por desobediencia al mandato judicial.
A pesar de su arrepentimiento y de las medidas alternativas propuestas por la defensora pública Magalí Mazza, Heltner quedó en prisión preventiva, tal como lo solicitara la fiscal Rosana Peresín.
Golpe en la nuca
El conflicto se retrotrae a la noche del sábado 22 de julio, cuando alrededor de las 22, Heltner mantuvo una discusión con su pareja en la vivienda que ambos habitaban en inmediaciones de Javier de la Rosa y San Jerónimo de Santa Fe.
En dicha oportunidad, el hombre golpeó con su mano la nuca de la mujer haciendo que ésta terminara desparramada en el suelo, con un fuerte hematoma en la cabeza que luego el médico legal catalogó como “contusión occipital”.
La víctima radicó la denuncia y horas más tarde la policía se lo llevó detenido. Además, acudió ante el Tribunal Colegiado de Familia en feria, que el domingo 23 de julio fijó para Heltner una medida de distancia de 200 metros durante un mes, con vencimiento el 22 de agosto.
Libertad acordado
El martes 25 fue llevado a tribunales, donde la fiscal Rosana Marcolín le imputó el delito de “lesiones leves dolosas” cometidas en un contexto de violencia de género. En esa ocasión, el juez Pablo Spekuljak le concedió la libertad bajo alternativas, tal como habían acordado la representante del Ministerio Público de la Acusación y la defensora del Servicio Público, Sonia Bustos.
Ese mismo día, previo a otorgarle la libertad, fue notificado de la prohibición de acercamiento impuesta por los Tribunales de Familia; pero además, el juez Spekuljak se encargó de recordarle que como contrapartida de su libertad debía cumplir con ciertas pautas, entre las que se encontraba la de no mantener contacto por ningún medio con la víctima.
El hombre había fijado un domicilio en el barrio Colastiné, en la costa, distante varios kilómetros de donde había quedado su ex. Sin embargo, el miércoles 26 de julio, en horas de la siesta, no tuvo mejor idea que regresar a la casa de barrio Transporte, con la excusa de retirar pertenencias.
Por incumplimiento
La irregular situación fue nuevamente informada a las autoridades judiciales, que sin demora volvieron a ponerle las esposas. El viernes fue imputado por el “incumplimiento del mandato judicial” y esta vez, la fiscalía no aceptó que lo volvieran a soltar.
La Dra. Peresín solicitó la medida cautelar de encierro al juez Carraro, argumentando que la liberación de Heltner implicaba serios riesgos, tanto para el devenir de la investigación como para la propia víctima, que debió escapar de la vivienda por segunda vez ante una situación de inminente peligro.
A la hora de analizar la situación del detenido, el cual no tiene antecedentes penales, el magistrado valoró la desobediencia como un peligro procesal y atendió a la declaración de la víctima en sede policial, donde reconoció que aunque nunca lo denunció, su pareja siempre fue violenta.
Fuente: Cadena 3




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