


A los 46 años y con una extensa trayectoria como actor, Guillermo Pfening brilla como el protagonista de Espartanos, la serie que está en Disney+ y en la que le da vida a Coco Oderigo, quien fundó y dirige la Fundación Espartanos en la Unidad 48 de San Martín, cuya finalidad es lograr la reinserción social de los internos a través del rugby, la espiritualidad y la formación laboral.
Guillermo Pfening
Además, Pfening tiene en carpeta hace un tiempo un proyecto personal para el que está trabajando mucho y que ocupa gran parte de sus ilusiones: quiere llevar a la pantalla grande la dura historia de vida de su mamá. "Estás haciendo una película sobre la vida de tu mamá. ¿En qué instancia está?", consultó el periodista Nico Peralta para Pronto y Pfening respondió: "Ahora está difícil: estamos buscando dinero para financiarla pero es complicado por la crisis. Está difícil filmar la película. Tendremos que hacer una reunión pronto con los directores para ver qué resolvemos. Ojalá la podamos hacer lo antes posible. Pero nos falta el dinero".
-¿Está el guión?
-Sí, está todo. Solo falta el dinero. Incluso tengo a la protagonista, que es Cecilia Roth. Ella hará de mi mamá. Y cuando aparezca el dinero, aparecerá también el elenco. La historia de mi vieja es súper fuerte y me marcó mucho. Yo era un pibe queriendo ser actor, vivía solo en Capital y me tuve que ir a vivir con mi vieja otra vez porque ella tenía una enfermedad psiquiátrica y no podía estar sola. Había momentos en los que estaba muy bien y otros en los que estaba muy mal. De alguna manera, influyó mucho y me cortó mucho la libertad en ese momento. Siento que, incluso, ella tomó la decisión de suicidarse un poco para liberarme a mí de ella, de alguna manera.
Guillermo Pfening
-¿Tuviste que volver a vivir al pueblo, Marcos Juárez, por ella?
-No. Ella ya estaba separada de mi padre y mamá se vino a vivir a Buenos Aires, donde estaba yo trabajando como actor. Mis hermanos se quedaron en Marcos Juárez y todo su desenlace sucedió en Buenos Aires, cuando se separó de mi viejo. Ella un poco me siguió a mí y era el único que le daba pelota o se la fumaba de lo loca que estaba. Yo la entendía.
-¿Qué enfermedad padecía?
-Un complejo bipolar pero no es que era así por eso. Tenía un montón de cosas. Trastorno dismórfico de la imagen se llama una parte y la otra bipolaridad. Ella era adicta a las cirugías y eso es lo que quiero contar en la película. Si bien no es su historia calcada, es la historia de una mujer adicta a las cirugías estéticas, basada en cosas que tuvo mi madre. Es la historia de muchas mujeres, algunas compañeras mías de la tele que están todas deformes y nadie les dice nada. O les comentan: “Ay, qué linda que estás” ¡y no se les mueve un músculo de la cara!
-¿Te hiciste algo vos, Guille?
-No, boludeces así como plasma y luz pulsada pero nada invasivo. Es estética pero no invasivo. Ni cirugía ni botox ni relleno ni nada de eso.
Fuente: Pronto

