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¿Una tormenta perfecta?: el BCRA compra dólares, pero la caída del precio de la soja preocupa a expertos

ECONOMÍA Marcos Phillip*
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El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha intensificado sus esfuerzos para acumular reservas internacionales, logrando un leve alivio en el mercado cambiario. Sin embargo, esta mejora se ve opacada por un escenario externo adverso que amenaza con socavar los avances logrados. La caída abrupta del precio internacional de la soja, principal producto de exportación del país, plantea un serio desafío para las finanzas públicas y la actividad económica.

Los analistas consultados coinciden en que la menor demanda de importaciones, impulsada por políticas restrictivas y la expectativa de una reducción en el impuesto a las importaciones, ha permitido al BCRA incrementar sus compras de divisas. No obstante, advierten que esta tendencia podría revertirse si se consolida la recuperación de la actividad económica y aumenta la demanda de insumos importados.

Por otro lado, la caída del precio de la soja ha generado una profunda preocupación en el Gobierno. Los últimos reportes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) indican un exceso de oferta global de soja, lo que ha presionado a la baja los precios internacionales. Esta situación tiene un impacto directo en las divisas que ingresan al país, en la recaudación fiscal por retenciones y en los ingresos de los productores, quienes se verán obligados a ajustar sus gastos.

Los expertos estiman que la pérdida de ingresos por la caída del precio de la soja podría equivaler al 38% de los vencimientos de deuda en moneda extranjera en poder de privados para el año 2025. Además, la menor recaudación por retenciones a las exportaciones representa una pérdida significativa para las finanzas públicas.

En resumen, el BCRA enfrenta un doble desafío: por un lado, debe continuar acumulando reservas internacionales para fortalecer la posición cambiaria del país; por otro, debe lidiar con las consecuencias de la caída del precio de la soja, que amenaza con debilitar las cuentas públicas y la actividad económica. La combinación de estos factores plantea un escenario complejo para la economía argentina y exige una respuesta coordinada de parte del gobierno.

El BCRA extiende su racha positiva

De acuerdo con Portfolio Personal Inversiones, el BCRA sigue con la tónica de los últimos días en el mercado oficial, con lo que logró acelerar significativamente su ritmo de compras en las últimas cinco jornadas.

En este sentido, indicaron que la autoridad monetaria se volvió comprador neto nuevamente, producto de una menor demanda privada. Debido a menores importaciones de energía y la expectativa de reducción de la alícuota del impuesto PAÍS en septiembre, la demanda privada se desplomó de un pico de la gestión Milei de u$s321 millones a fines de julio a u$s178 millones (media móvil cinco días).

Sin embargo, detallaron que el INDEC publicó los datos de comercio exterior de julio, los cuales sugieren que las importaciones devengadas sin estacionalidad habrían hecho piso en junio. En detalle, treparon 8,5% mensual sin estacionalidad de u$s4.487 millones en junio a u$s4.868 millones en julio. De esta forma, exhibieron su primera suba mensual sin estacionalidad desde noviembre 2023 y la mayor desde marzo 2023.

"Dado que los precios de las importaciones cayeron 6,7% mensual con estacionalidad, inferimos que las cantidades importadas habrían escalado más de 8,5% sin estacionalidad. Esto insinúa que la actividad podría haber tocado fondo en junio y que su recuperación abrirá la puerta una mayor importación de insumos", señalaron.

Además, señalaron que si bien los datos que provee el INDEC son devengados, anticipan que las importaciones base caja (efectivamente pagadas) serían mayores a lo previsto. Para tener de referencia, el REM de julio esperaba que las importaciones devengadas fueran 8,3% inferiores a lo observado.

"En base la previsión del REM de importaciones devengadas para los próximos meses (podría ser viejo por la subestimación que tuvo), estimamos que el nuevo esquema de importaciones demandaría un diferencial de u$s6.900 millones entre septiembre y diciembre respecto a las importaciones base caja proyectadas para julio. Cabe aclarar que, como explicamos en nuestro último informe, este diferencial podría diferirse en el tiempo si se postergan importaciones por la expectativa de reducción del impuesto PAÍS", concluyeron.

Motivos de la baja en el precio de la soja

Otro motivo de preocupación para el gobierno reside en el precio de la soja. Según un informe de Aurum Valores, el precio internacional de la soja sufrió una fuerte caída en el último mes. Este proceso de deterioro no es nuevo, pero se profundizó a lo largo de las últimas semanas. En este sentido, detallaron que hace un año los precios oscilaban en torno a 450/500 dólares la tonelada (Tn) y desde comienzos de este año se alejó de ese rango, pasando a operar entre los u$s 400/450 Tn y desde julio perforó los u$s 400 yendo a buscar los actuales mínimos de u$s 350.

Al respecto, indicaron como principal factor de esta caída de precios los últimos reportes del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos). En ellos, tanto en el informe de julio como en el recientemente publicado de agosto, se estimó que la relación de stocks mundiales de soja respecto al consumo global de soja se ubicaron en máximos históricos.

"Los precios de agosto en torno a los u$s 350 por tonelada son bastante similares a los de septiembre de 2018 cuando lo stock/consumo relación tocó máximos históricos similares a los que se proyectaron este año", observaron.

Además, el informe del USDA para llegar a la relación stock/consumo estimó niveles de oferta y demanda de la oleaginosa de modo que se pueda ver si esta relación determina un exceso de oferta de soja por aumento de producción o por caída del consumo. Y cuando se ven esas estimaciones se detalló que este aumento de los stocks de soja está vinculado a un aumento de la producción, pero también a un aumento del consumo, siendo mayor el primero, que el segundo.

"Es muy importante tener en cuenta esta estimación ya que en ausencia de eventos climáticos que deterioren la expectativa de cosecha, la producción esperada difícilmente se modere. Sin embargo, si la actividad global se enfrentase a un escenario de cierta desaceleración del crecimiento, no se debería descartar que el crecimiento del consumo de soja se vea afectado", estimaron.

Malas perspectivas

Para los expertos de Aurum Valores, de las futuras estimaciones del USDA podrían llegar a malas noticias para los precios agrícolas. O que se consoliden estimaciones de stocks excedentes, lo que derivaría en expectativas de precios con pocos cambios en adelante.

El impacto local de este deterioro, que ya ocurrió de los precios de la soja (y de otras commodities agrícolas) es significativo en al menos 3 planos: ingreso de divisas; ingresos fiscales; y la actividad

Para tomar dimensión de lo que implica la caída de ingresos de divisas y fiscales de ambas cifras, los expertos alertaron que los u$s4.300 millones menos de divisas (producto de la caída de precios internacionales del complejo sojero) equivaldría al 38% de los vencimientos de deuda en moneda extranjera en poder de privados del año 2025 (incluye los pagos de capital e interés de bonos soberanos en poder de privados y Bopreales).

Por otro lado, indicaron que los u$s1,400 millones menos de recaudación por retenciones a las exportaciones es una cifra similar a la que el gobierno espera obtener por el blanqueo

"Además de estos efectos sobre las cuentas del Gobierno, el deterioro de precios internacionales afectará severamente el ingreso disponible de los productores que deberán ajustar sus gastos. Esto tendrá impacto sobre la economía de los regiones del interior lo que a su vez derivaría en un deterioro de la actividad económica", advirtieron.

* Para www.iprofesional.com

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