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Crujen los puentes del oficialismo con los dialoguistas en Diputados y la oposición busca imponer una mayoría

POLÍTICA David Cayón*
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El clima en la Cámara de Diputados se encuentra en un punto crítico tras una serie de incidentes que han puesto en evidencia las fracturas internas y las tensiones entre los bloques políticos.

La pelea a golpes de puño entre el diputado Oscar Zago y su par libertario Lisandro Almirón y el encontronazo entre las legisladoras de LLA, Lilia Lemoine y Celeste Ponce, versus sus compañeras de bloque, Marcela Pagano y Rocío Bonacci, se enmarca como una foto de una película que se acaba de empezar a rodar.

El clima de tensión dentro del recinto de la Cámara de Diputados empieza a crecer y el relacionamiento entre los bloques a resquebrajarse. La decisión del bloque del PRO y LLA de no acompañar al resto de la Cámara para incorporar al debate un proyecto de la Izquierda sobre la emergencia en Bahía Blanca, luego de que el resto acompañara uno de los libertarios, fue el primer quiebre, en mucho tiempo, de lo que se conoce como amabilidad parlamentaria. Una norma no escrita en el reglamento, pero que marca la pauta del relacionamiento entre las diferentes fuerzas políticas. “Fue innecesario, todos sabían, incluyendo a ellos -el bloque de izquierda- que no se iba a incorporar nada de ese texto. Lo que hicieron fue una chicana estúpida”, dijo un diputado que se mostró enojado en el recinto.

Pero el clímax llegó con la decisión del presidente de la Cámara, Martín Menem, de levantar una sesión que tenía quórum y que se perdió en medio de la batahola de golpes y vasos con agua que se tiraban en la bancada del oficialismo.

”Dio por volteada la sesión, es grave porque lo hizo sin la autoridad para hacerlo. Él sabe que el quórum se perdió porque se agarraron a trompadas, no porque un diputado se paró y se fue”, explicó un legislador de la oposición dialoguista.

El legislador señaló que entiende que hay preocupación de parte de la presidencia de la Cámara de la decisión que tomó y de las repercusiones de esos hechos. “En las últimas horas, su gente realizó llamados a varios referentes de los bloques por este tema. No hay que olvidarse que venimos de una asamblea legislativa que también terminó en un escándalo con Facundo Manes”.

El propio Zago, que se ha mostrado un aliado incondicional desde el 10 de diciembre de 2023, mostró las primeras diferencias al apoyar el emplazamiento a la Comisión que buscará dictaminar la creación de una comisión investigadora respecto del caso de la cripto moneda $Libra. Pero no solo eso, sino que le apuntó al presidente de la Cámara. “Lo que buscaron -cuando se peleó- era eso, que me levantara de la banca. Muy mal el presidente Menem de haber logrado su objetivo, de haber logrado que la casa de la democracia no funcione”, señaló en una entrevista televisiva. Más allá de la propia interna libertaria, lo que muestra por parte de Zago es un quiebre en la relación con la presidencia del recinto, algo que también mostraron otros dialoguistas.

El cruce entre Menem y Nicolás Massot también marcó el clima. El diputado de Encuentro Federal se refirió en su discurso, en el cual reclamaba el tratamiento de un pedido de interpelación, que no estaba pidiendo “ninguna cuestión fuera de la lógica institucional habida cuenta de la gravedad del acontecimiento”. Y sentenció: "Usted, con todo respeto -en relación a Menem-, es uno de los que tiene que dar explicaciones”.

El diputado siguió señalando lo que entendía era un proceso de bloqueo de parte del oficialismo a los pedidos de explicaciones por el caso $Libra y pidió que los funcionarios “vengan y expliquen y respondan el cuestionario anticipado”.

“¿Cómo quieren hacer? Inclusive por su propia investidura que empieza a ser, producto del silencio, cuestionada posiblemente sin razón. Pero si es sin razón, que aquellos que tenían relación y le abrieron la puerta al despacho presidencial a estos estafadores, tal vez engañando al Presidente, que lo expliquen”, manifestó.

En ese momento, Menem habilitó su micrófono y lo interrumpió: “No hay ningún tipo de obturación. No falte a la verdad porque el Congreso está trabajando. Seamos coherentes”. Esto derivó en un fuerte cruce en donde se pisaban ambos diputados en sus palabras. “No confunda, diputado, y no exprese situaciones que no se adecúan a la verdad porque no hay obturación”, para luego apagar el micrófono de Massot alegando que se consumió su tiempo.

El mal humor crece entre los legisladores de la oposición en lo que tiene que ver con la relación con el oficialismo. Principalmente en los sectores dialoguistas.

Uno de los diputados de los bloques dialoguistas que suele tener mucho contacto con LLA expresó ese cansancio: “Se acabó el tiempo de la ayuda, nosotros le damos alternativas y ellos no cumplen y después reclaman acuerdos inexistentes. La sesión fue un ejemplo de esto, nos piden ayuda, le planteamos una sesión aséptica, rápida, que sabían que iban a perder, y fueron y rompieron labor parlamentaria, la sesión la dilataron y la quisieron voltear. En esas dilaciones se te meten mil temas que no podés controlar -en relación al emplazamiento para eliminar las facultades delegadas que propuso el kirchnerismo-, eso muestra la falta de experiencia. Ellos pueden hacer política, pero cuando el resto lo hace son golpistas. Tienen que entender que Milei que se puede hacer el picante con todos hay uno solo, el resto tiene que jugar el juego de democrático”.

En esa línea, otro diputado con trato diario con Menem se refirió al cambio de actitud. “Me parece que no están comprendiendo el escenario, que perdieron el tablero de control. Cambió la situación y hoy se enfrentan a algo desconocido que es la posibilidad de tener enfrente un bloque de 134 diputados que asegura el quórum y que si puede articular puede sacar cosas”, explicó a Infobae.

“Si Francos -el jefe de Gabinete- entiende que la sesión de esta semana fue un golpe institucional porque se consiguió el quórum, ¿qué va a decir si se aprueban los pedidos de interpelación? Tienen un problema de intensidad a la hora de responder y reclamar”, agregó.

Es un año electoral, la política empieza a moverse en clave de elecciones y el Congreso es una caja de resonancia de esa situación. El Gobierno parece haber agotado su cuota de confianza con el resto de los sectores políticos amigables consecuencia, por lo menos así lo entienden desde esos bloques, de la falta de cumplimiento de los compromisos. Y deberá renovarla.

La ventaja para LLA sigue estando en el kirchnerismo y la reticencia de varios legisladores de votar en conjunto. Dependerá de la capacidad de Martín Menem y Gabriel Bornoroni -presidente del bloque de LLA- de poder restablecer puentes con otros bloques que le permitan durante el 2025 poder avanzar en una agenda parlamentaria como la del 2024, donde casi no sufrió derrotas en el recinto.

Esta semana será fundamental lo que suceda en las comisiones. De una renovación del diálogo dependerá que el oficialismo pueda bloquear los pedidos de informes a Javier y Karina Milei, así como también la creación de una comisión investigadora. Si no lo hace, lo más probable es que tenga que volver a intentar desarticular el bloque de los 134 diputados que dio el quórum la semana pasada.

* Para www.infobae.com

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