Con dos goles de un ex Boca, Unión venció 3 a 1 a Estudiantes y se alejó de la zona roja

Oro. Eso es lo que valen los tres puntos que Unión consiguió en La Plata. El equipo santafesino salió a llevarse puesto a Estudiantes con un gran nivel de determinación. Y lo hizo porque desde el primer minuto fue un equipo arrollador que no especuló e intentó asfixiar a su adversario para forzar errores, encontrar grietas y aprovecharlas. Con la victoria estiró su racha de partidos sin perder por torneo: suma siete sin caer entre el cierre de la Liga Profesional y el comienzo de la Copa de la Liga, con dos victorias y cinco empates. Y de esta forma comenzó a ahuyentar fantasmas, ya que quedó a seis puntos de ditancia de la zona de descenso.

El conjunto dirigido por el Kily González salió a la cancha con la intención de llevarse puesto a un Pincha que jugó con un equipo alternativo ya que tiene la cabeza en la Sudamericana: el próximo martes recibirá al Corinthians por la revancha de los octavos de final, luego de haber caído por 1-0 en el duelo de ida disputado en San Pablo. Eduardo Domínguez asumió un riesgo al poner suplentes. Cada decisión tiene una cosnecuencia y en este caso el precio fue una derrota en casa: sus dirigidos no tuvieron una buena prestación, fueron superados por un adversario que asumió el protagonismo, que administró la pelota y generó varias situaciones de gol claras. El conjunto platense, que aspira a clasificar a la Libertadores del año que viene, dejó escapar tres puntos clave.

Unión fue un equipo muy intenso, voraz a la hora de ejercer presión en campo contrario y con mucha dinámica para el desmarque. El local pegó primero con un gol del colombiano Castillo Manyoma que no reflejó el trámite del partido. Estudiantes lo ganaba sin haber hecho demasiados méritos. El Tatengue, que había sido más, no se derrumbó después de ese golpe. Continuó con la misma ambición. Y Andújar lo ayudó con sus flojas respuestas.