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¿Es posible un nuevo papa argentino y ese puede ser Ángel Sixto Rossi?

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La Iglesia argentina llega a este cónclave con una representación significativa pero acotada para suceder al papa Francisco. De los ocho cardenales que actualmente ostenta el país, solo cuatro cumplen con el requisito de tener menos de 80 años, límite establecido para participar como electores y ser considerados posibles candidatos al sillón pontificio.

Los purpurados argentinos que tendrán derecho a voto son: Mario Poli, arzobispo emérito de Buenos Aires y sucesor directo del papa Francisco en la arquidiócesis porteña; Ángel Sixto Rossi, actual arzobispo de Córdoba y figura emergente en el escenario eclesial; Vicente Bokalic Iglic, obispo de Santiago del Estero; y Víctor Manuel Fernández, prefecto del influyente Dicasterio para la Doctrina de la Fe y cercano colaborador de Bergoglio.

Por otro lado, los cardenales Estanislao Karlic, Leonardo Sandri, Luis Villalba y Luis Dri, al haber superado la octava década de vida, si bien podrán participar en las importantes congregaciones generales previas donde se analiza el estado de la Iglesia, no tendrán la posibilidad de depositar su voto en las decisivas jornadas electorales dentro de la Capilla Sixtina.

Este panorama muestra el peso relativo que tiene Argentina en la geopolítica vaticana actual. Si bien el país cuenta con una representación considerable, especialmente significativa tras el pontificado de Francisco, las reglas del cónclave y la distribución geográfica del colegio cardenalicio juegan en contra de las aspiraciones de ver a otro argentino como sucesor de Pedro.

Las chances de un papa cordobés
Entre los electores nacionales, el cardenal Rossi aparece como la figura con mayor visibilidad internacional, aunque su condición de jesuita -al igual que Francisco- y la todavía reciente presencia de un papa argentino reducen considerablemente sus posibilidades.

Analistas de la política eclesial coinciden en que, más allá del afecto y reconocimiento que pueda tener Rossi entre sus pares, la dinámica de los cónclaves suele privilegiar rotaciones geográficas y equilibrios de poder dentro de la curia romana.

Tres sacerdotes de la diócesis compartieron sus perspectivas sobre su posible elección como pontífice. Los testimonios reflejan una mezcla de esperanza, realismo y profunda confianza en la guía del Espíritu Santo en este momento crucial para la Iglesia.

El padre Mariano Oberlin no oculta su deseo personal de que el cardenal Rossi sea el próximo Papa. "Legalmente, cumple todos los requisitos: es cardenal y participará en el cónclave. A mí me encantaría que fuera él, porque daría continuidad al camino iniciado por Francisco", afirmó.

Sin embargo, reconoce que las dinámicas dentro del Colegio Cardenalicio hacen improbable esa elección. "Es casi imposible que elijan otro argentino, o incluso otro latinoamericano. Hay muchas tensiones: los italianos quieren un papa italiano, los europeos prefieren a un europeo, y lo mismo sucede con otras regiones". Además, señaló que Rossi, siendo un cardenal relativamente nuevo, quizás no tenga el mismo reconocimiento que otros candidatos con más trayectoria.

Por su parte, el padre Munir Bracco, párroco en Córdoba, coincidió en que, objetivamente, las posibilidades de Rossi son limitadas. "Es difícil que otro argentino y jesuita suceda inmediatamente a Francisco", admite. Sin embargo, desde una mirada de fe, subraya que los designios de Dios trascienden las especulaciones humanas.

"Los caminos del Señor son misteriosos. Lo importante es que los cardenales no elijan al más popular, sino al que Dios quiere para guiar a la Iglesia en este tiempo", manifestó.

El padre Daniel Blanco, por otro lado, destacó las cualidades que hacen del cardenal Rossi un candidato valioso. "Ángel comparte plenamente el espíritu, las convicciones y el estilo pastoral de Francisco. Sería maravilloso que ese camino de renovación, de una Iglesia samaritana y abierta al mundo, se profundizara".

Aunque reconoció que no puede predecirse el resultado del cónclave, confía en que, más allá de las limitaciones humanas, la voluntad divina se hará presente. "Dios escribe derecho incluso en renglones torcidos", reflexionó.

Antes de ingresar al cónclave, el propio Cardenal Rossi dirigió un mensaje a los fieles de Córdoba, pidiendo sus oraciones. "Nos llevamos a todos en el corazón. Que el Señor nos conceda sabiduría para discernir", expresó desde Roma, donde ya se encuentra en la residencia Santa Marta junto al resto de los cardenales electores.

 

Con información de Perfil, sobre una nota de Andy Ferreyra

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